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Cultura del agua en nuestro país

Muchas veces, nos apasiona reflexionar y escribir sobre el tema del Agua, que en nuestro País está “de moda” desde hace mucho tiempo. Solemos utilizar diversos adjetivos que complementan lo que, para mí, es un concepto esencial: la Cultura del Agua, que está muy relacionado, indudablemente, con la Educación esencial. En primer lugar, en la familia, punto de partida de la enseñanza y, luego, con un sistemático Programa Educativo que debería estar incluido en la currícula como materia y no como tema anexo. La incorporación del tema del Agua en sí misma, desde el ciclo primario e ir profundizando hasta completar el ciclo secundario de una forma que impacte en el estudiante y lo concientice sobre el verdadero sentido del uso sostenible de este elemento y de lo que significa, para los que hoy tenemos acceso del agua potable, preservarla y poder compartirla con las generaciones venideras. Esto sería fundamental debido a que, de otra forma, siguiendo con el paradigma que tenemos en estos momentos, llegaremos a quedarnos sin acceso al Agua en un futuro no muy lejano.

Muchas veces, cuando ocurren eventos importantes, que se convierten en mediáticos y, debido a esto, los conocemos, surge el debate hídrico de las diferentes concepciones de Expertos y que siempre son confiables desde su experiencia, vemos que existen varios tipos de corrientes de pensamientos que dan su opinión sobre el hecho. Ahora bien, desde nuestra posición actual de simples escuchas y/o damnificados, muchas veces no entendemos el meollo del problema, pues desde la explicación de este, la culpa está repartida tantas veces como los interlocutores la explican. La pregunta que nos debemos hacer realmente es simple y concreta: Si nuestro concepto de la cultura del agua fuera conocido globalmente desde hace mucho tiempo en nuestra familia y en el modelo educativo, sería el debate hídrico exclusivo de los expertos de uno u otro bando, o nos comprometería a todos?

Pienso que, la manera de concebir la Cultura del Agua nos induce a creer que ella no nos incumbe, que representa el terreno de competencia casi exclusiva de especialistas (que aplican el poder político o el poder científico: su potencia legal o su potencia técnica) y sobre el cual, poco o nada podríamos realmente aprender o comprender, sino incorporamos el conocimiento.

Pero la discusión nos incumbe y compromete a todos, al ser algo que forma parte de nuestra vida y no sólo deberíamos estar capacitados para entenderla sino también para participar e incidir en ella. Esto implica el esfuerzo por recuperar nuestra capacidad de control sobre el debate del agua porque, repito, nos pertenece y atañe de la misma forma que, en su dominio específico, nos concierne la salud, la educación, el deporte o el arte. No implica negar la existencia de especialistas o profesionales en estas áreas, pero su real existencia no nos impide sentir que tales áreas nos pertenecen a todos y forman parte de nuestra propia existencia.

Hace mas de 100 años, en casi todo el Mundo y en nuestra tierra, era unánime el consenso de la solución adoptada para remediar los “males de la patria” y sus habitantes y alcanzar en el tren a la modernidad: embalses, canales, riego… cuando el agua llegaba a una zona que escaseaba, el pueblo salía a la calle con pancartas cuyo lema era “Vivan los ingenieros”. Y en cambio, al comenzar nuestro siglo, el agua del mar, el ahorro, la reutilización y la eficiencia eran nuestra salvación y la de los seres que viven en el agua. Íbamos a lograr, en pocos años, aunar la garantía de recursos y la mejora de la calidad a un precio asequible para los ciudadanos, sin destrozar el medioambiente. En nuestros días la realidad nos afecta de lleno y muchas veces es cruel y lo sabemos y lo escuchamos y las grandes organizaciones mundiales nos avisaron. La Pregunta es: ¿sabemos que estamos dentro del Problema? ¿Qué Proyecto tenemos para las Generaciones venideras para cambiar el Paradigma que fuimos imponiendo a través de las últimas décadas?

Los «paradigmas de base» cambiaron: la aportación del conocimiento científico de nuevas disciplinas a los grandes temas del agua, la adopción de tecnologías ambientalmente inocuas y económicamente eficientes y la participación ciudadana, ¿suplieron a los paradigmas del siglo XXI? Podemos ver cómo los paradigmas han sido distintos en un mismo momento para sociedades diversas, según sea la radicalidad de sus diferencias culturales.

Pienso que se ha quebrado el paradigma de base de la cultura del agua. Comenzamos a sospechar de nuestras certezas.

La inteligencia emocional llama a la puerta, amigos Rotarios. A ponerse las pilas, si queremos que se genere el talento necesario para conseguir cambiar el paradigma que estamos usando antes de que sea demasiado tarde.

Lo más importante, indudablemente, es la Concientización, la Educación y la Discusión responsable.

Nuestra consigna siempre fue LA PAZ EN EL MUNDO y podemos lograrlo sin lugar a duda, con Proyectos con IMPACTO, no solo es este Área de Interés, sino que tenemos otras seis más.

EGD Armando Simesen de Bielke

Gobernador 2012-2013 – Rotary Club de Carapachay – Distrito 4895

Sub-Comité de Agua, Saneamiento e Higiene

CADRE en el Área de Agua, Saneamiento e Higiene y Medio ambiente

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